La droga en Independiente.

No seria ninguna novedad decir que el uso y abuso de drogas ha crecido considerablemente en los últimos años, especialmente en nuestro país, convirtiéndolo no solo en un exportador de la misma sino en el segundo país a nivel consumo del mundo. Esto genera un negocio multimillonario que lamentablemente irrumpió en las puertas de nuestra querida institución hace varios años.

Sorprendido quedó mi padre al volver a la popular, luego de casi 14 años de ausencia en la misma. Su última vez había sido allá por el 97, viendo a Independiente en la antigua y querida Doble Visera, en un ambiente tranquilo, familiar y medianamente seguro.

Esta vez no fue así. El se preguntaba, una y otra vez, como era posible que las cosas hayan cambiado tanto. Chicos de 12 años, subidos a los para-avalanchas, completamente borrachos y drogados, marihuana por doquier, como algo completamente natural y cocaína, en algunos rincones oscuros, bajo lo mirada paranoica de quienes lo hacen. Esto no es casualidad y preguntandome, como era posible que haya tanta cantidad de estupefacientes en un lugar recorri y recorri y logré encontrarme con algunos datos.

Los antecedentes son certeros. Allá por marzo, del corriente año, en un viaje que realizaba la barra de Independiente hacia Mendoza, La Policía local secuestró pistolas, armas blancas, 70 gramos de cocaína y casi medio kilo de marihuana. Cantidades de droga y armas que valla uno a saber con que finalidad eran, aparte de consumirlas y utilizarlas, respectivamente.

Obviamente, este incidente terminó en la nada misma y al poco tiempo nuestros muchachos fueron la cara visible en la Copa America y más tarde viajaron con todos los lujos hacia Japón, una cosa nunca antes vista.


Mientras tanto, la tribuna de Independiente es un descontrol, pero lo preocupante del caso es que ya se tomó cierto acostumbramiento al asunto y todos ven con cierta naturalidad como un niño camina por la tribuna completamente drogado y como “algunos” consumen cocaína debajo de los trapos.

Los negocios seguirán, seguramente hasta la eternidad, a costa de vidas y otras cosas más.

Publicado en: EDITORIALES

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