Esta es la segunda parte de
Historias Mínimas, aquí seguiremos viendo todas los "paquetes" que trajo Julio Alberto Comparada en sus 7 años de presidencia, esta vez siguen apareciendo brasileros, chilenos, paraguayos y por supuesto, argentinos. Para archivar y siempre recordar.
Desde que empezó a tomar decisiones en el club, Julio Comparada no tuvo suerte, pero uno de sus peores años en materia de refuerzos fue, sin duda el 2004. Así fue que en agosto de ese año llegó
Francisco Alberoni, un brasilero desconocido que venia del Barcelona B de España. Su carrera en Independiente se basó en 2 amistosos disputados frente a Aldosivi y Liverpool de Uruguay. Tras menos de dos meses y no siendo tenido en cuenta volvió a Brasil
La dirigencia quería un 9 goleador y apareció
Eduardo “El Tati” Bustos Montoya, proveniente de Banfield. Firmó su contrato el 23 de julio del 2004 y en dialogo con la prensa afirmo que “Independiente debe pelear arriba”. Su paso, obviamente no fue el esperado, jugo 37 partidos y marcó solamente 6 goles, una marca bastante pobre para un delantero. Se fue a finales del 2005 y a los 2 años finalizó su carrera jugando para Central Córdoba.
Corrían tiempos de “Planes Centenarios” y otras yerbas, en esa vorágine de renovación y cambios
José Oscar “El Turu” Flores firmó su contrato bajo la atenta mirada de Julio Comparada. El jugador venia del Murcia español, en donde le habían mostrado la salida. El ex Vélez, tenía 33 años y un leve sobrepeso pero claro, todo era posible en el mundo Independentista. Su paso por Avellaneda duró menos de un año, en donde jugó 20 partidos y convirtió 4 goles.
Mientras la figura de Oscar Ustari crecia en la reserva, nuestro presidente fue convencido por Julio Cesar Falcioni y así, incorporó a
Bernardo Alejandro Leyenda. No pasó mucho tiempo para que todos nos demos cuenta de que la situación era insostenible. Un arquero nervioso, inseguro y con un promedio de gol en contra bastante preocupante. A las pocas fechas en el medio de insultos y banderas en su contra fue superado por el juvenil Ustari.
Martín Pautasso firmó y se puso a las ordenes de Falcioni. Jugó 20 partidos y no convirtio ningún gol aunque tuvo su momento cumbre, en su último partido. Martín estaba tomando un remedio para la bronquitis y corría peligro de sufrir doping positivo, para evitarlo, no tuvo mejor idea que en pleno partido meterle una “trompada” a un jugador, luego insultar al arbitro y más tarde empezar a pegarle patadas al banco de suplentes. Al otro día se fue.
Desde Chile llegaba
José Rojas, un lateral izquierdo que venia de la Universidad de Chile. El defensor había pactado un préstamo por un año y medio, con opción de compra, se saco la foto tipica con nuestro presidente y obviamente a los 2 meses, harto de no ser tenido en cuenta se fue por la puerta chica.
De mano del “Motivador” Troglio llegó otro personaje bastante peculiar, este era
Matías “El Pony” Oyola, que venia de jugar en River y Belgrano. Independiente abonó 350 mil dólares por la compra total del pase, pero las cosas no fueron bien. Tras un arranque explosivo que duró 3 partidos, Matías se empezó a desinflar, comenzó a tener cada vez peores desempeños hasta que fue borrado y terminó en Ecuador.
Otro caso enigmático fue el del paraguayo
Cristian Ledesma. Llegó como una figura de su futbol y tras dos partidos de pretemporada se lesiono. Una lenta recuperación lo vio volver en un partido que Independiente jugó contra Colón de Santa Fe, allí el “Keko” estuvo en el banco de suplentes. En total jugó 45 minutos y así, fastidioso se volvió a su querido Paraguay.
Cuando se lo vio cruzar la puerta de la sede de Avellaneda más de uno se habrá dado cuenta que traer a
Ángel Puertas era un error. Un jugador del ascenso, que alternaba suplencias y que encima venia con sobrepeso, un jugador típico de la gestión Comparada. Así fue que el defensor no jugó más de 5 partidos y se fue, habiendo estado casi 8 meses.
El 6 de febrero del 2009 es un día que, indudablemente quedará en la memoria del hincha común. A punto de firmar Mario Bolatti, nuestro presidente opto por una figura más experimentada y que según sus allegados era mejor, este era Diego Gavilan, que venia atravesando un momento de su carrera que se podía catalogar como “caída libre”. Diego estuvo poco menos de 6 meses y se fue, habiendo jugado un partido.